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¿Cuándo fue que todo esto pasó?

Actualizado: 16 dic 2020


Como si fuese un mosquito, hace unos minutos, acabo de verme en perspectiva.

¿Cuando fue que todo esto pasó? ¿Cómo fue que fui a caer acá?

Me siento en un sueño o en la vida de una persona que no soy yo.

Son las 19,45 en una Estocolmo que esta fría y oscura hace mas de cuatro horas. Yo estoy dentro de un aula con veinte personas mas, de diferentes lugares del mundo. India, Brasil, Polonia, Georgia.

Estamos todos aprendiendo como conjugar los adjetivos según las indicaciones de una profesora sueca que me parece lo mas divertida y descontracturada del mundo.

Me es muy difícil concentrarme.

Agradezco que hace unas horas me llamo a mi y a dos chicas mas, creo que para evitar que saliéramos corriendo ante el impacto de entrar a tu primera clase de sueco, en un aula con gente que ya esta terminando el año.

Fue super amorosa, nos dijo que nos tengamos mucha paciencia a nosotras mismas y que nos relajemos.

Que estaba bien no comprender todo de buenas a primeras, pero una de las frases que mas me resonó de su discurso, es aquella en la que nos dice que no nos comparemos con nadie en lo que respecta al conocimiento. Si nos comparamos con alguien, que sea con nosotras mismas en el pasado.

Se que se refiere al idioma sueco, pero su frase es realmente profunda y me toca fibras muy internas.

Comienzo a viajar en el tiempo. Me recuerdo a mi 6 años atrás, volviendo de una semana de viaje por el Bolsón, llegando a Buenos Aires decidida a dejar ese trabajo que ya no me suma en nada, que tan mal me hace y nada aporta a mi vida.

Pienso en Tincho y en todo lo que me dolió su amor de despedida.

Pienso en mi, meses más tarde, yendo a hablar con mi abuela ese lunes por la mañana. Sin poder emitir una sola palabra por ese nudo que tengo en la gargante, con lagrimas en los ojos y el corazón destrozado diciéndole que quería irme a vivir el sur. Su abrazo y su visto bueno, que tanto me sorprendió para ser una persona de avanzada edad. Que tenía que hacerlo. Que estaba bien.

Me veo a mi llegando a Bariloche ese 22 de Abril de 2014, con mas valijas de las que puedo cargar. Horas mas tarde viajando en ese micro hacia La Comarca Andina, donde me esperaba mi familia patagónica, mientras miro por la ventana todo ese juego de hojas y arboles entre ocres, rojos, naranjas y marrones.

Pienso en mi vida durante los siguientes 5 años en Bariloche y en como viaje por el mundo a lo largo de esos años.

¿Como fue que de un corazón hecho trizas, llegue a estar hoy en esta ciudad de Suecia, aprendiendo a hablar un idioma que en mi vida se me hubiese ocurrido estudiar?

¿Cuando fue que todo esto pasó?

Si parece que fue ayer cuando no tenía fuerzas para levantarme de la cama, ni para comer, ni siquiera para respirar.

¿Cuando fue que tuve la suerte de haber vivido en un mismo año en tres continentes diferentes?

6 meses en Bariloche, en la Patagonia Argentina, para irme a viajar tres meses por la costa este de Australia, volver a Argentina para vivir dos meses en Buenos Aires y hoy estar aca, viviendo, trabajando y estudiando en Estocolmo, Suecia.

Pero si ni yo lo creo. Pero si yo misma no caigo.

¿Cuando fue que todo esto sucedió?

Solo una respuesta viene a mi cabeza para este interrogante.

Fue el mismo día que creí morir, y no me quedo otra que RENACER.

Fue el día que caí tan pero tan bajo, tan pero tan profundo, que no me quedo otra, que comenzar a SUBIR.

A veces creemos morir en vida. A veces creemos que la vida no puede ser mas dolorosa y ya no sabemos como mas implorar al cielo para pedirle que deje de llover, porque estamos empapados, inundados por dentro y en nosotros no cabe una gota mas.

A veces nos preguntaremos si realmente tanto dolor y sufrimiento tienen algun sentido, porque ya nuestro cuerpo no resiste y nosotros ya no damos mas.

Con el corazón en la mano, con el alma destrozada.

Créeme. Yo también estuve ahí. Crees que no salís más. No hay una fórmula, ni una Solución secreta. Solo vos. Sólita, con paciencia y amor hacia vos misma.

Lo único que puedo garantizarte, es que cuando empieces a subir de nuevo de ese pozo que parecía no tener fin y te propongas ser feliz, a partir de ese día comenzarás serlo, porque en esa decisión, solo admitirás momentos y personas que sean consecuentes con lo que ya decidiste.

Cuando dejes el piso, te dará si cuenta de que no existe techo y puede que un día como cualquier otro, te detengas a observarte, viviendo una vida muy distinta a la de hace un par de años y te preguntes a vos misma...

“¿cuando fue que todo esto pasó?”

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