"Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida. " (*)
Y con ello vuelve a una parte de su historia, a una parte de su ser.
Los rincones de mundo que marcaron una parte de nuestra historia, aquellos que dejan huellas en nuestro corazón, quedan albergados en algún lugar de nuestro ADN.
Cada vez que volvemos, ya sea en cuerpo, en pensamiento o en alma, ese recuerdo se activa y volvemos a sentir los olores, la brisa, los colores y sabores que vivimos en ese momento de una vez y para siempre.
Deseo con todo mi corazón que una y otra vez puedas tomarte esos minutos para volver a un rincón de mundo que te hizo feliz.
Aquel en el que mientras estuviste allí, no hacía falta nada más.
No había preocupación alguna que perturbara tu pensamiento y el momento presente, ese del aquí y del ahora, era más exquisito que cualquier otro.
No hay pasado, ni hay futuro, es ese instante. Ese instante en el que toda la magia se hace presente ante tus ojos con algo simple. Un atardecer donde el sol se vuelve esa bola de fuego que, por más enceguecedora, es inevitable dejar de verla de frente. El ruido del mar rompiendo en una ola, yendo y viniendo una y otra vez. El vuelo de una gaviota, el viento rozando tu cara, tu propia risa que hace que te duela la panza.
Allí, donde y cuando sentimos que el mundo es perfecto tal cual es. El tiempo tan preciso y perfecto, que envuelve en sí mismo cada detalle que hace que el momento y el lugar sean impecables.
Ojala, siempre que quieras, puedas volver a recordar esos instantes, esos rincones donde amaste la vida.
Donde agradeciste ser quien eras y todo lo que habías hecho hasta llegar ahí, donde nada faltaba ni sobraba y hasta las más grandes de las utopías se volvían realidad.
Ojala tu vida, sea una infinita colección de rincones de mundo albergados en tu ser, un sinfín de instantes mágicos, guardaditos en tu corazón.
Ojalá sean muchos.
No importa que tan cercanos o lejanos de casa.
No importa que tan próximos o remotos en el tiempo, lo importante es que SEAN.
Que vuelvas, que los recuerdes, que los revivas y que continúes tu camino con amor.
Con esa música en tu cabeza que te vuelve a recordar que todo va a estar bien. Como lo fue tu vida cuando volviste de ese viaje que te llevó a ese rincón del mundo que hoy, al recordar, inevitablemente te hace sonreír. Ese que esperaba por ti.
Ese que continúa a la espera de que lo visites, siempre y cuando necesites.
Porque ya es tuyo.
Porque ya vive en ti.
(*)Mercedes Sosa - Canción de las Simples Cosas
